La iglesia tiene su origen en la época románica. En el transcurso del siglo XIV se rehizo el edificio, levantando una nueva construcción gótica, consagrada en 1397. El nuevo espacio, a diferencia del de Sant Vicentç en el castillo de Cardona, sería la iglesia de los mercaderes. Más adelante, ya en el siglo XVI, se añadió una cripta donde se veneran las reliquias de los santos Celdoni y Ermenter.
En el interior del templo se conserva una talla gótica de alabastro, la Virgen del Patrocini, así como importantes muestras de la retablística catalana del siglo XV.
Durante la Guerra Civil de 1936-1939, la iglesia sufrió graves desperfectos. El retablo mayor de Sant Miquel, magnífica pieza del barroco, fue destruido. Era obra de Andreu Sala, de Linya, quien lo construyó alrededor de 1707. También desapareció el órgano, hecho por Pedro Fernández.