En plena cordillera de Sant Jaume, en el límite de los actuales términos municipales de Riner y Llobera es donde se erigía el Castillo de Riner, del que se ha conservado la iglesia. La construcción, datada del siglo XII, es sencilla, con una sola nave con bóveda de cañón que arranca sobre una pequeña moldura.
En el exterior podemos observar varios arcos monolíticos y algunos elementos escultóricos de carácter popular, como un personaje yacente con una mano en el pecho y otra en el vientre. De época posterior, destacan un corpulento campanario, un porche, el cementerio adosado y una sacristía.
En su interior luce el retablo barroco dedicado a Santiago, fechado en la segunda mitad del siglo XVII y de autoría anónima. Restaurado recientemente, está presidido por la figura de Santiago acompañada por Sant Isidre a la izquierda y Sant Pere a la derecha, de los que se presentan varios episodios de sus hagiografías. El más notable, por su rareza iconográfica, es el del traslado de los restos mortales de Sant Jaume por mar, en un barco comandado por un ángel.